Cönsumo löcal.

Föto: Märy&Märk.

Föto: Märy&Märk.

Piensa globalmente, actúa localmente.

Cada vez somos más los que queremos saber la trazabilidad de los alimentos. ¿Cuál es el origen de lo que comemos? ¿Por qué consumimos tan desinformadamente?

El consumo mas ecológico que se puede hacer, es el consumo local. 

Comprar y producir localmente conlleva responsabilidad.

La distancia, es la que ha difuminado nuestra responsabilidad. Los productores y los consumidores están muy separados. Existe una gran cadena de procesadores, intermediarios, especuladores y además, la globalización del sistema de la industria alimenticia, legitima a los mediadores, los controles de calidad de los productos.

La producción se desplazó a otros países con menos costes y menos protección ante los crímenes ecológicos. Esto, nos encaminó a la producción destinada más al mercado, que a las personas.

El productor se ha convertido en el cliente dependiente de las multinacionales agroquímicas, que le suministran semillas, fitosanitarios, combustible…aparte de ser el proveedor de la materia prima barata para la industria alimentaria y las grandes cadenas de alimentación.

Se impuso un modelo arrasador, que está provocando la desaparición de las culturas integradas en el medio natural. Esto lo vemos en el despoblamiento de los campos, la destrucción de los ecosistemas, la pérdida de la diversidad agrícola y biológica, la contaminación o en el deterioro de la calidad y la seguridad alimentaria. Aunque por suerte, cada día alguno más se da cuenta de que existe una imposición en nuestros hábitos de consumo alimenticio e intenta remediarlo.

Por todo este entramado, resulta dudoso de creer, que aquellos productos que son certificados ecológicamente y que recorren millas hasta ser consumidos, puedan considerarse realmente “ecológicos”. Los medios que transportan estos productos hasta lugares lejanos, provocan elevadas emisiones de CO2, lo que supone ya, una huella negativa para nuestro planeta. También es interesante recalcar, que los productos transportados, suelen estar semanas en congeladores, por lo que pierden sus propiedades organolépticas.   

En España el 80% de los productos, están controlados por unas pocas empresas. Estas empresas imponen el precio final, monopolizando nuestros recursos. De esta forma, alteran los precios de origen.

Apoyar economías basadas en el consumo local de alimentos, favorece al bienestar y a la mejora de nuestra salud, de nuestros ecosistemas, así como a la perseverancia de nuestra diversidad cultural.

Son pequeños cambios en la forma de producir, elaborar, distribuir, consumir, reutilizar y descomponer nuestros residuos, que a la larga nos beneficiarían a todos.

Solo hay que empezar a preocuparse de lo que comes.

Procurando comprar productos locales apoyas el desarrollo de tu región y apuestas por la sostenibilidad de tus tierras.

Un euro gastado en productos cercanos genera el doble para tu economía local. Con ingresos dignos, los productores locales pueden permanecer. Son los que tienen el derecho de utilizar los recursos de su zona para generar riqueza y empleo para su comunidad. Un agricultor que no produce industrialmente, puede dedicarse a producir una variada gama de productos.

Si consumes productos locales, comerás productos de temporada, más sanos, que además al ser de temporada y locales, son mucho más baratos. Son productos frescos. Menos procesados, por lo tanto más saludables. Tienen sabor. Y existe la variedad. Tienen, además, una conservación menos agresiva y se evitan tantos aditivos.

En definitiva, puedes estar más cerca de saber lo que comes.

 

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