El dragón de komodo es el lagarto más grande del Planeta. Pueden llegar a medir 3 metros y pesar 150 kg. Son animales que no tienen depredadores y sólo se encuentran en unas islas perdidas en el mar de Flores, en Indonesia, a donde llegar es ya una auténtica aventura.

Desde Lombok al Parque Marino de Komodo navegando entre islas de distintos paisajes y curiosas formas. Con playas que parecen recién encontradas, como si fuésemos los primeros en descubrirlas ya que sólo estaba nuestro barco allá donde íbamos. Parecíamos los únicos en aquellas aguas, sin querer te sumerges en un ambiente de documental, que difícilmente se puede expresar ya que son tantos los sentidos y sensaciones vividas, que las palabras se quedan cortas.
Mar de Flores y su biodiversidad.
El Parque Nacional de Komodo, ha sido seleccionado como una de las 7 maravillas del mundo y la verdad, es que motivos tiene.
Indonesia es una tierra de extremos, volcánica, corrientes oceánicas, paso de importante rutas migratoria. Es la región más diversa biológicamente del mundo, albergando alguna de las formas de vidas más extrañas que se conocen.
Aislados de las islas vecinas sus animales y plantas han evolucionado con espectaculares resultados. Mientras, las más emblemáticas criaturas de la región viven a plena luz del día creando un mundo secreto, revelado para pocos.
Daros cuenta que este archipiélago, está conformado por islas diseminada en el borde del cinturón de fuego del Pacífico, un cinturón formado por volcanes y fallas geológicas resultado de fuerzas por cuatro placas tectónicas que llevan millones de años modificando y creando paisajes, entre donde han creado estas islas salvajes resguardando la mayor biodiversidades del mundo. Por eso sus habitantes han evolucionado hasta convertirse extrañamente irreconocibles.
Las aguas que rodean a estas islas contienen una biodiversidad marina tan rica, que es a día de hoy que aún mucha especies se desconoce. De hecho se dice, que posee la biodiversidad marina más rica de todo nuestro Planeta. Y es que estas islas están situadas exactamente en el epicentro del Triángulo de Coral con la mayor diversidad de coral del Mundo, albergando el 18% de arrecifes del océano conectando todas las islas.
Así que arrecifes costeros, manglares, praderas marinas, montes submarinos y bahías… Un espectáculo para los sentidos.
Si a todo esto le sumas el aislamiento, crea una explosión de biodiversidad que hace que estas islas sean anfitrionas de plantas y animales que sólo se pueden encontrar aquí. Así que ecológicamente tanto fuera como dentro del agua, es un sitio muy especial.
Tan especial que ha sido elegido como un lugar en el que vienen científicos y exploradores de muchos países distintos hacer estudios, aunque la gran estrella de los estudios es por supuesto, el dragón de komodo.
El dragón de Komodo.
Se dice que estos dragones pueden llegar a vivir 35 años. En la isla donde conviven muy pocos lugareños, ya se conocen y respetan entre ellos. Así es como al primero que nos encontramos al iniciar la ruta en busca de dragones tenía hasta nombre -Hércules- de mi edad, 1986. (Eso nos contaron).

Se reproducen por huevos y los huevos los ponen en nidos, que la hembra cubrirá con tierra y hojas incubando y protegiendolos hasta que eclosionan. Una hembra puede poner hasta 30 huevos. Pero una vez que las crías nacen deben sobrevivir por sí mismas y en muchas ocasiones huir hasta de sus padres, trepando por los árboles cercanos para no ser devorados por estos. Son buenos criando los huevos pero no ejerciendo la función de padres.
No tienen muy buena vista pero sí tienen un espectacular olfato.
Al tenerlos cerca te puedes hacer una idea de cómo lucían los dinosaurios. Parecen tranquilos cuando están parados pero tienen un arranque que te puede dar un buen susto, ya que son bastante veloces, sobretodo las hembras que son mucho más ágiles que los machos.
Dentro de su boca se esconden unos afilados dientes y su saliva tiene tantas bacterias que nos podrían matar. Cuando atacan a sus presas, expulsan un anticoagulante en la saliva para producir acelerar la muerte.
A consecuencia de su tamaño, son los superdepredadores de los ecosistemas en los que viven. Cuando cazan tienden a hacer emboscadas a sus presas y lo suelen hacer en grupo. Sus presas suelen ser los otros habitantes de gran tamaño que se ve constantemente por la isla. Los ciervos Timor, endémico o los jabalí. También pueden incluir aves u otros mamíferos más pequeños, pero no tienen ningún problema en alimentarse de carroña si la ocasión se presenta. Su olfato puede detectar a un animal agonizando incluso a una distancia de 10 km.

Las hembras pueden poner huevos sin necesitar a un macho.
Estos lagartos se encuentran entre los pocos vertebrados con capacidad de reproducción por partenogénesis, proceso por el que las hembras pueden poner huevos viables en situaciones de ausencia de machos.
Esto quiere decir, que si las condiciones son adecuadas y las hembras así lo estiman pueden poner huevos, todos ellos machos, para poder seguir con el linaje de su especie. Aún así, no es tan fácil y de hecho el dragón de Komodo está catalogado en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN como especie vulnerable.
Se estima que quedan unos 4.000 dragones en estado salvaje. El problema viene al saber que entre todos sólo 350 son hembras reproductoras. Lo que significa que sus posibilidades se reducen si no se les da espacio.
Son animales que no tienen depredadores, pero su mayor amenaza somos los humanos. La escasez de presas, el turismo, la caza furtiva y la pérdida de hábitat han colaborado para convertirlo en una especie salvaje más amenazada por nuestra presencia -y esencia-. Obviamente su comercio es ilegal.
Aunque así no lo entienden muchos, y el año pasado se detuvo a 9 hombres que robaron 41 huevos de dragones para venderlos por 30.000 euros en el mercado negro. Es por esta razón, que a día de hoy (pasó en el verano del 2019), la isla se cerró al público.
Estas islas que albergan la evolución en vivo cerraron sus puertas al mar en el 2019, para que los turistas dejaran descansar a esta y otras especies. Algunas islas aún se pueden visitar pero se planea que sea para un turismo de primera calidad que lo pueda pagar. Será lo que pase con los auténticos relícticos de naturaleza, que serán disfrutables para pocos o para aquellos que se lo puedan permitir.
Esta es la consecuencia de no ser una sociedad más respetuosa con nuestro Planeta. Ahora el que quiera ver dragones, se los tendrá que imaginar.
Por si queréis viajar 5 minutos a este lugar, puedes ver este vídeo:
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Experiencia vivida en Junio del 2018.
Con Julia, Brad, Monika, Hani, Tomasi, Zam, Brissa, Colin y
María Marcos
Bióloga, especializada en Gestión y Conservación de Espacios Naturales Protegidos, y Rehabilitación de Corales.
Wildlife Biology, Environmental Journalists, Nature Guide.
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